Hernia de hiato: una causa oculta de enfermedades crónicas

¿Qué es una hernia de hiato?

El esófago pasa a través de una abertura en el músculo del diafragma llamada hiato y termina donde se conecta con el estómago. El estómago se encuentra en la cavidad abdominal por debajo del diafragma. Cuando se tiene una hernia de hiato, una porción del estómago sobresale hacia la cavidad torácica a través de la abertura antes mencionada.

El movimiento normal del diafragma hace que el abdomen se expanda hacia afuera cuando inhalamos y se relaje hacia el interior a medida que exhalamos. Cuando el estómago está atravesando el diafragma, este no puede moverse como debería y por eso la persona no puede tomar una respiración abdominal profunda. Para lograrlo, debe levantar el pecho y los hombros. Este hecho en particular ayuda a diagnosticar una posible hernia de hiato durante un examen físico.

Usted puede hacer esta comprobación en casa si lo desea. Coloque una mano sobre el abdomen y una mano en el pecho. Tome una respiración profunda, su pecho debe moverse sólo ligeramente y el abdomen debe expandirse hacia fuera notablemente cuando inhala. Si el pecho se expande hacia afuera y el estómago tira hacia adentro cuando toma una respiración profunda, es probable que tenga una hernia de hiato o al menos tensión en el plexo solar.

Problemas adicionales causados ​​por una hernia de hiato

El primer problema que crea una hernia de hiato es la respiración superficial y esta a su vez, aumenta la acidez en el cuerpo ya que la respiración es la primera línea de balance del pH. La respiración superficial también aumenta el dolor, que suele ser un signo de falta de oxígeno en los tejidos, y reduce los niveles de energía. Un ambiente bajo en oxígeno es ideal para el crecimiento de bacterias, parásitos y células cancerosas. En resumen, la falta de oxígeno puede ser una de las causas principales de enfermedades crónicas.

Además de causar respiración superficial, la hernia de hiato también inhibe la digestión. Esto causa tensión en los nervios del estómago y reduce la secreción de ácidos y enzimas. Como resultado, las proteínas no se digieren ni los minerales se absorben adecuadamente. Esta es la razón por la que dichas personas experimentan una grave falta de tono muscular y son muy enfermizas. Los jóvenes con este problema suelen ser excesivamente delgados, mientras que las personas mayores tienden al sobrepeso y un tono muscular pobre.

Dependiendo de qué tanto sobresalga el estómago hacia el diafragma, la hernia de hiato puede causar, o no, problemas de reflujo ácido. En ocasiones debido a la posición del estómago, el esfínter ubicado en la parte superior del estómago no se cierra correctamente y no es capaz de mantener controlados los ácidos estomacales. A largo plazo esto puede provocar el reflujo ácido crónico.

Lo irónico es que las personas con hernia de hiato no producen suficiente ácido clorhídrico para digerir adecuadamente los alimentos y dado que son propensas a la indigestión ácida, la acidez y el reflujo ácido, con frecuencia neutralizan el poco ácido que producen con antiácidos y bloqueadores. El resultado es un círculo vicioso de deterioro de la función digestiva y la salud general.

La válvula ileocecal

Las complicaciones que hemos mencionado hasta ahora son causadas directamente por la hernia de hiato, pero existen otros problemas secundarios. Por ejemplo, una hernia de hiato puede causar gases e hinchazón frecuente, ya que las proteínas digeridas incorrectamente se acumulan en el tracto intestinal y contribuyen a la irritación e inflamación. Los alimentos mal digeridos irritan la válvula ileocecal (estructura que separa el intestino delgado del colon), haciendo que se inflame y no cierre correctamente. Esto permite que las bacterias del colon migren hacia el intestino delgado, se favorezcan con los azúcares allí presentes y provoquen un episodio severo de gases y distención abdominal.

La válvula ileocecal se puede localizar trazando una línea imaginaria desde el ombligo hasta la protuberancia del hueso en la parte frontal de la cadera derecha. La válvula ileocecal se encuentra justo debajo de la mitad del camino a lo largo de esta línea. Si lo desea, encuentre este punto ahora mismo y presione hacia adentro. Si siente dolor al presionar en este lugar, es probable que tenga una válvula ileocecal abierta. Puede cerrarla masajeando con pequeños movimientos circulares mientras respira profundamente. Cuando el dolor desaparece, la válvula se cierra. Se necesita hacer esto por lo menos una vez al día durante unas semanas para mantenerla cerrada.

Otros problemas relacionados con la hernia de hiato

Si la hernia de hiato sobresale hacia arriba significativamente, puede ejercer presión sobre la parte inferior del corazón. En algunas personas, esto se manifiesta a través de latidos rápidos o irregulares.  Los investigadores opinan que un gran porcentaje de ataques al corazón es provocado por gases intestinales y distensión abdominal que ejercen presión sobre el corazón mediante una hernia de hiato.

Como el esófago resulta acortado por el ascenso del estómago, esto puede causar una “torcedura” leve en el esófago, a menudo en el área de la garganta. Las personas suelen experimentar una sensación de nudo en la garganta y dificultad para tragar. Si esta “torcedura” en el esófago se produce cerca de la tiroides, puede provocar su irritación y los efectos característicos sobre el metabolismo.

La respiración superficial y la escasa producción de ácido clorhídrico pueden causar desequilibrio en la acidez del pH corporal y por tanto, hacernos más susceptibles a las infecciones de todo tipo.

La mala digestión de las proteínas y la no absorción de los minerales tienen efectos más sutiles y de largo alcance. Para empezar, una hernia de hiato debilita el sistema inmunológico y nos hace más propensos a las enfermedades infecciosas, enfermedades autoinmunes y el cáncer. También debilita el sistema estructural del cuerpo, causando problemas como la artritis, dolor de espalda, osteoporosis y otras condiciones. Las proteínas mal digeridas contribuyen a los problemas respiratorios crónicos como la congestión nasal crónica, las alergias y el asma.

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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: febrero 12, 2019.