Alergias, asma y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica
A continuación podrás encontrar información sobre los factores desencadenantes de estas enfermedades respiratorias, para que puedas evitarlas o mantener sus síntomas bajo control.
¿Qué es el asma exactamente?
El asma es un término general para una enfermedad respiratoria crónica causada por la constricción de los músculos que rodean las vías respiratorias y la inflamación de la mucosa de las vías aéreas. Los síntomas pueden incluir sibilancias, tos y dificultad para respirar. Si un ataque de asma se vuelve muy grave y como resultado se bloquean las vías respiratorias, es posible que el paciente tenga que acudir a la sala de emergencias para obtener ayuda y restaurar su respiración. Aunque el asma infantil es muy común, las mujeres son más propensas a tener asma cuando son adultas, que los hombres.
¿En qué se diferencia el asma de las alergias?
Si bien ambas condiciones pueden hacer que respirar sea difícil, las alergias aparecen cuando el sistema inmunológico reacciona de forma exagerada a factores generalmente inofensivos, como el polen, los ácaros del polvo o la caspa de gato. La mayoría de los ataques de asma se activan por las alergias, pero hay personas que tienen asma sin ser alérgicos.
¿Cuáles son las causas del asma?
Los expertos creen que la enfermedad tiene diferentes causas, que van desde las alergias hasta la genética, es decir, las causas son probablemente una combinación de factores genéticos y ambientales. Si alguien tiene una predisposición genética para el desarrollo de asma, pero no está expuesto a los factores desencadenantes ambientales, tales como alérgenos, infecciones virales y humo, es menos propenso a desarrollar la condición.
¿Cuáles son las causas de las alergias?
Los expertos creen que, como con el asma, las alergias son causadas por una combinación de factores genéticos y ambientales.
Genética. La interleucina-4 es una de las proteínas clave que juegan un papel esencial en las reacciones alérgicas. Aumenta la producción del anticuerpo IgE, que es lo que hace que nos enfermemos. Los científicos teorizan que las altas incidencias de un gen que promueve la producción de interleucina-4 puede ser la razón por la cual los afroamericanos tienen mayores tasas de alergias y asma.
Medio Ambiente. La hipótesis de la higiene afirma que nuestro estilo de vida en ocasiones mantiene a nuestro sistema inmunológico confundido, fuera de balance e incapaz de distinguir al amigo del enemigo. Los investigadores creen que gran parte de este desequilibrio comienza en la infancia. La creciente evidencia muestra que el sistema inmune inmaduro de un bebé no puede desarrollarse correctamente a menos que esté expuesto a determinados factores, como las bacterias que se encuentran en los alimentos fermentados. Por otra parte, la exposición temprana a los antibióticos parece crear el estímulo equivocado al alterar el equilibrio entre las bacterias amistosas y las hostiles. El resultado es un aumento del riesgo de alergia.
¿Cuáles son los síntomas y factores desencadenantes del asma?
La mayoría de las personas experimenta tos, sibilancias, falta de aire, y / o opresión en el pecho. Los ataques de asma pueden ser provocados por el humo de segunda mano, los ácaros del polvo, el moho, las cucarachas, las mascotas de sangre caliente como perros y gatos, las emisiones de dióxido de nitrógeno de los calentadores y estufas de leña de gas y petróleo. Un desencadenante a menudo pasado por alto es el ciclo menstrual. Se conoce que un por ciento significativo de las mujeres con asma experimentan un empeoramiento de los síntomas del asma durante su período. El fenómeno se denomina asma perimenstrual y se cree que está asociado con los cambios mensuales en los niveles hormonales.
¿Cuáles son los síntomas y factores desencadenantes de las alergias?
Las alergias se desencadenan cuando el sistema inmunológico actúa con una respuesta exagerada ante factores medioambientales, como la caspa de gato, el polvo o el polen. El cuerpo comienza a luchar contra ellos como si fueran bacterias o virus, por la liberación de una sustancia llamada histamina, que es la responsable de los síntomas reveladores de la alergia, o sea, el flujo nasal, los estornudos incontrolables, picazón, ojos llorosos y congestión.
¿Cuáles son las mejores pruebas para la detección de las alergias y el asma?
Para un diagnóstico y plan de tratamiento, el paciente debe consultar a un alergólogo o neumólogo (especialista en pulmones). Para el asma, se puede obtener una prueba de función pulmonar. Se mide el flujo de aire soplando en un dispositivo llamado espirómetro. Luego se toma una lectura y si se sospecha de asma, se toma un broncodilatador y se repite la prueba. Si el flujo de aire mejora, es una fuerte señal para diagnosticar el asma.
Las pruebas de alergia más comunes son las pruebas cutáneas. Se colocan gotas de alérgenos sospechosos, ya sea sobre o inyectadas en la piel. Si se es alérgico a la sustancia, después de 15 a 20 minutos se formará una mancha o erupción fuerte en la piel. Otra prueba son los análisis de sangre, que miden la cantidad total de la inmunoglobulina E, o IgE, en el torrente sanguíneo. Cuando la IgE se pone en contacto con un alérgeno, libera los productos químicos tales como histamina, prostaglandinas, y leucotrienos, que causan los síntomas de la alergia. Las pruebas de provocación se realizan sólo si las otras pruebas no están disponibles, ya que estas pruebas requieren que se inhale o trague una cantidad muy pequeña del alérgeno sospechoso para observar la reacción del paciente. Debido al riesgo de reacciones graves, estas pruebas se deben hacer solamente bajo supervisión de un médico.
¿Cuáles son los mejores tratamientos para el asma?
No existe un tratamiento único para todos los pacientes, porque los disparadores y severidad varían de persona a persona. Una parte del tratamiento del asma requiere la localización de los factores desencadenantes particulares y aprender a evitarlos haciendo cambios en el estilo de vida. Existen investigaciones que muestran que la adición de ciertos nutrientes en la dieta, tales como antioxidantes que se encuentran en varios productos o la vitamina D, puede ofrecer cierta protección a los pulmones contra la inflamación que agrava los síntomas del asma.
Generalmente, el médico receta dos tipos de medicamentos para ayudar a mantener los síntomas bajo control. Los primeros son llamados broncodilatadores, o calmantes, que actúan rápidamente para relajar los músculos que rodean las vías respiratorias cuando se está teniendo un ataque, de modo que se pueda respirar fácilmente. Los segundos son los antiinflamatorios, o controladores, que deben ser tomados regularmente con el fin de reducir la inflamación y la mucosidad en el revestimiento de los pulmones, ayudando a prevenir los ataques.
¿Cuáles son los mejores tratamientos para las alergias?
Existen dos tipos de medicamento para tratar los síntomas de la alergia, los antihistamínicos que alivian los estornudos, la picazón y secreción nasal, y los descongestionantes que ayudan a destapar la nariz congestionada. Algunos fármacos combinan ambos grupos. El gran inconveniente de la mayoría de los antihistamínicos es que pueden causar somnolencia. Si el único síntoma es la nariz congestionada, tome solo un descongestionante, pero si se necesita un antihistamínico, puede probar con un antihistamínico que no cause sueño. Si la alergia parece resistirse a todos los trucos, quizás el paciente necesite inyecciones. Los médicos le pueden inyectar pequeñas cantidades de aquello que provoca la alergia, ayudando a que el organismo construya la inmunidad al alérgeno.
¿Qué es la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)?
EPOC es un término general usado para describir afecciones pulmonares tratables pero irreversibles, como el enfisema y la bronquitis crónica. Millones de personas alrededor del mundo son diagnosticados con EPOC, y muchas otras la tienen y simplemente no lo saben. Los síntomas de la EPOC, que incluyen dificultad para respirar y tos persistente con o sin moco, empeoran gradualmente con el tiempo, así que es fácil confundirla con otra condición. Se puede pensar que la falta de aire es sólo una señal de que se está fuera de forma o el resultado de cualquier factor en el ambiente. Una tos crónica que no desaparece puede ser catalogada como alergia o asma y tratada con medicamentos de venta libre. Estos síntomas deben ser tratados a tiempo, antes de que llegue el punto en que no se pueda respirar. Para descubrir si los síntomas se asocian con la EPOC, debemos preguntarnos: ¿Cómo está mi respiración en comparación con el año pasado? ¿Puedo hacer las mismas actividades? ¿Puedo hacer todas las cosas que quiero hacer?
¿Cómo puedo prevenir la EPOC?
A pesar de que fumar es el mayor factor de riesgo para padecer la EPOC, sólo porque una persona no haya fumado nunca, no significa que está fuera de peligro. Tanto las mujeres como los niños tienen pulmones más pequeños, y eso significa que las vías respiratorias son más estrechas y necesitan menos inflamación para verse limitadas. Esto también los hace más propensos a los daños del humo de segunda mano. Además de mantenerse alejado del humo, la mejor manera de prevenir la enfermedad es vivir un estilo de vida saludable. Nuestros pulmones son asaltados con toxinas cada segundo que respiramos, por lo que es importante vivir de manera sana. Comer verduras de hojas verdes, frutas y verduras de colores todos los días, resulta muy beneficioso porque están repletos de antioxidantes que protegen los pulmones. Además es fundamental practicar al menos 30 minutos de ejercicios diariamente, como caminar o trotar. El ejercicio ayuda a mantener el corazón bombeando de manera eficiente, en consecuencia se necesita menos oxígeno y se disminuye la carga sobre los pulmones.
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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: julio 17, 2018.