El gluten: un posible peligro oculto en los granos
Comenzaremos explicando qué es el gluten. Se trata de la principal proteína que se encuentra en algunos cereales, incluidas todas las formas de trigo, así como la cebada y el centeno. El gluten es también un aditivo común en todo tipo de productos, incluyendo alimentos preparados, cosméticos, e incluso medicamentos.
Para las personas que tienen una condición conocida como enfermedad celíaca, el gluten puede ser un asunto de vida o muerte. Son tan sensibles al gluten que incluso la cantidad más pequeña puede enfermarlas. Los síntomas que se presentan van desde fatiga crónica y erupciones en la piel hasta severos calambres abdominales y la osteoporosis. Estos pacientes también están en mayor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.
Sin embargo, existen personas que no son pacientes celíacos pero igualmente deben evitar o al menos limitar su consumo de alimentos con gluten, porque padecen diferentes grados de sensibilidad al mismo. La gran mayoría no tiene la menor idea de que el gluten es la raíz de muchos de sus problemas de salud. Cuando comen alimentos con gluten, se disparan síntomas desagradables como el dolor de estómago, diarrea, ardor de estómago, dolor en el cuerpo, dolor de cabeza, erupciones en la piel, fatiga, confusión mental y depresión, y esto incluso es capaz de generar o agravar enfermedades crónicas como la mialgia.
Aunque existen pruebas de diagnóstico específicas para confirmar la enfermedad celíaca, ese no es el caso de la sensibilidad al gluten. Si una persona tiene síntomas, pero las pruebas dan negativo para la enfermedad celíaca, de todas formas es posible que sea sensible al gluten. La única manera de saber si el gluten es un problema y en qué medida lo es, consiste en observar si los síntomas se alivian cuando se reduce o elimina bruscamente el gluten de la dieta.
A continuación mostramos una serie de preguntas a las que debes prestar mucha atención.
¿Con frecuencia sufre de estreñimiento o diarrea?
¿A menudo tiene dolor abdominal o calambres en el estómago?
¿A menudo sufre de dolores de cabeza?
¿A menudo se siente hinchado después de comer incluso una pequeña cantidad de comida?
¿Habitualmente se siente fatigado, incluso después de dormir lo suficiente?
¿Tiene dificultad para mantener la concentración mental?
¿Tiene exceso de mucosidad, goteo nasal, rinitis o sinusitis crónicas?
¿Usted sufre de erupciones en la piel?
¿Se despierta con rigidez en las articulaciones?
¿Tiene depresión?
Incluso tener uno solo de estos signos puede asociarse a la sensibilidad al gluten no diagnosticada.
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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: abril 11, 2018.