Hernia umbilical en bebés y niños: Causas, síntomas y tratamiento
La hernia umbilical es un abultamiento anormal que se puede ver o sentir en el ombligo. Esta hernia se desarrolla cuando una porción del revestimiento abdominal, una parte del intestino y / o el líquido del abdomen, pasa a través de la pared abdominal.
Las hernias umbilicales son comunes, se dice que ocurren en un 10 – 20 por ciento de todos los niños, no importa el sexo. Los bebés prematuros y con bajo peso al nacer tienen más probabilidades de desarrollar esta condición.
Causas de la hernia umbilical en bebés y niños
A medida que el feto se desarrolla durante el embarazo, se forma una pequeña abertura en los músculos abdominales que permite que el cordón umbilical atraviese, conectándose a la madre.
A medida que el bebé crece después del nacimiento, esta abertura en los músculos abdominales se cierra. Sin embargo, a veces estos músculos crecen sin unirse completamente y dejan una pequeña abertura, denominada hernia umbilical.
Los signos y síntomas de la hernia umbilical en bebés y niños
Las hernias umbilicales aparecen como un bulto o hinchazón en el área del ombligo. Esta hinchazón puede ser más perceptible cuando el bebé llora y desaparece cuando está tranquilo. Si un médico presiona ligeramente sobre el bulto cuando el bebé está acostado y tranquilo, este puede reducirse o introducirse en el abdomen.
Existen casos en que los intestinos quedan atrapados dentro de la hernia umbilical. Esto se conoce como hernia estrangulada o encarcelada. Cuando ocurre, el niño generalmente siente dolor severo y la protuberancia se torna firme y roja. Para descartar una hernia encarcerada y evitar posibles daños a los intestinos, se requiere la evaluación médica urgente.
El diagnóstico de la hernia umbilical en bebés y niños
El examen físico puede ayudar a diagnosticar una hernia umbilical y también puede determinar si hay algún contenido abdominal atrapado en el saco de la hernia.
El tratamiento de la hernia umbilical en bebés y niños
Muchas hernias umbilicales se cierran espontáneamente alrededor de los 3 o 4 años. Si el cierre no se produce en ese momento, por lo general se recomienda la reparación quirúrgica, que también puede ser considerada en niños más pequeños si hay un episodio de encarcelamiento o si la hernia es muy grande.
La cirugía para reparar la hernia se realiza bajo anestesia general. Durante el procedimiento, el médico hace una pequeña incisión en la base del ombligo y si observa una parte del intestino atrapada en la hernia, la devuelve a la cavidad abdominal. A continuación repara la abertura en el músculo, con múltiples capas de puntos de sutura para prevenir otra hernia. Finalmente se coloca un vendaje para mantener el ombligo plano.
Aunque los bebés prematuros y los niños con ciertas condiciones médicas pueden requerir observación durante un tiempo en el hospital, la mayoría de los niños pueden volver a casa unas pocas horas después de la cirugía.
Perspectiva a largo plazo
Una vez que la hernia está cerrada, es poco probable que vuelva a aparecer. Sin embargo, el riesgo de recurrencia es mayor en los pacientes que desarrollan una infección en la herida después de la cirugía.
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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: enero 16, 2019.